En todas las épocas, las nuevas tecnologías siempre han sido adaptadas a los usos sexuales. El teléfono no fue la excepción y tan pronto como se conoció su función se adaptó como una forma de tener sexo y se denominó sexo telefónico. Pero, ¿cómo se inició este proceso y de qué se trata? a continuación veremos algunos relatos respecto al tema.
El origen del sexo telefónico
Poco después de que el teléfono se convirtió en un elemento estándar en, los adolescentes comenzaron a usarlo. La lucha nacional sobre el uso del teléfono fue uno de los temas comunes de la comedia stand-up a mediados de los años 1950 y 60.
No hace falta adentrar en lo que significa el sexo en la vida de las personas para comprender porque siempre que hay oportunidad se buscan nuevas maneras de vivirlo, fue así como con la llegada del teléfono y esta necesidad sexual latente, se dio el origen del sexo telefónico.
Lo que el teléfono hizo posible era que la gente podía sentarse en la cama y hablar con su pareja en privado, podrían hablar sobre el sexo, el romance y la intimidad. Hasta ese momento, esas conversaciones habían sido altamente reguladas por la separación física de los amantes requeridos por las reglas del cortejo.
La actividad se volvió tan popular que los grandes empresarios de la industria pornográfica pusieron sus ojos en ello y por supuesto no tardaron en hacer comercial el asunto. Así se dio el origen del sexo telefónico de manera empresarial, y se iniciaron los correspondientes anuncios para operadores de la industria.
Operadores en el origen del sexo telefónico
La industria del sexo de larga distancia ha evolucionado mucho en los años desde que se hacía con un teléfono de línea fija, y todo era, como ya se comentó entre las mismas parejas conocidas. La intervención de los operadores en el origen del sexo telefónico fue trascendental, aunque por aquellos días era un poco “extraño”.
Debían practicar ruidos de felación convincentes, entre muchas otras actividades relacionadas con el sexo, por supuesto todo a nivel de sonidos porque es lo que tomaba relevancia en el origen del sexo telefónico.
Para los operadores del sexo telefónico, esta actividad es esencialmente una forma de teatro, de improvisación, dos voces que contribuyen a una escena que se componen a medida que avanzan.
El sexo telefónico profesional indica que el cliente siempre tiene la razón, lo que significa que una regla fundamental de la improvisación se aplica a nunca decir «no» y siempre decir «sí«.
Así que si un cliente dice que la operadora tiene piernas largas, por más baja que esta sea, deberá decir que sí y hacerlo fantasear con eso, por supuesto la experiencia indicará que es lo que realmente quiere escuchar el cliente.
El sexo telefónico es todo acerca de la creación de la fantasía. Una buena manera de empezar es hablar de cosas que se quieren hacer con la otra persona. El operador al otro lado de la línea debe ser específico con sus palabras y hablar de las más grandes fantasías que tiene y hacer que el cliente se anime a ello.
En muchas ocasiones esto no es necesario, porque el mismo cliente es el que realiza su fantasía por lo general. Sin embargo, los inexpertos como los que ya están cansados de llamar necesitan esa voz de aliento que los guíe.
Si las palabras son contundentes, la llama de la pasión empezará a arder. Siempre y cuando ambos estén en la conversación, no hay reglas, todo es cuestión de dejarse llevar, así funcionan los operadores y los clientes.
Tipos de clientes en el origen del sexo telefónico
Existen muchas clases de clientes para el sexo telefónico desde los primeros días de este hasta hoy, la situación no ha cambiado mucho y esas clases de clientes están derivadas de sus necesidades, no solo sexuales sino de la misma compañía. En este orden de ideas se pueden entonces clasificas a estas personas al otro lado de la línea.
- El primero por supuesto es el joven entusiasta que con el ánimo de experimentar y despertar la curiosidad hace aquella llamada y solicita cualquier tipo de cosas disparatadas porque más que complacencia sexual, el tema es todo un misterio para él. Esto sucedió sobre todo en los días del origen del sexo telefónico, ahora los jóvenes tienen un conocimiento abierto del tema, pero sin embargo siguen siendo un tipo de cliente importante.
- La siguiente es aquella chica que se siente sola y en medio de su inexperiencia quiere experimentar esta forma, “más o menos sana” y sin prejuicios de tener sexo, no tendrá peligro de contraer una enfermedad ni de quedar embarazada.
- Homosexuales, sean hombres o mujeres ellos tienen una clasificación especial porque su forma de experimentar y tener el sexo no es igual que en las parejas heterosexuales así que necesitarán un operador especializado que les diga lo que quieren escuchar y desde luego los complazca.
Dentro de estas mismas personas existen distintas clasificaciones de clientes que vienen desde el origen del sexo telefónico hasta nuestros días, estos se pueden describir desde tímidos y curiosos hasta los más osados con un vocabulario notablemente “sucio”.
Aunque hoy en día, años después del origen del sexo telefónico parecería irrelevante hablar de este, no es así, este método de juego y complacencia sexual sigue vigente y su popularidad es mucha. El sexo de teléfono es todo sobre el rendimiento, la imaginación y trabajo duro para llegar a complacer a la otra persona al otro lado de la línea.
Es importante resaltar que el sexo telefónico no es algo puramente empresarial, es una actividad que se puede llevar a cabo con la pareja e incluso este tema tiene mucho más pronóstico de sobrevivir en el tiempo que la misma industria como tal del sexo telefónico.
Mientras siga existiendo, sea entre conocidos o desconocidos, a través de una empresa constituida o no, el sexo por teléfono, al igual que un buen orgasmo, es un cultivo lento que se trabaja con paciencia y dedicación, lo que hace que el clímax sea mucho mejor.
Curioso artículo.
Lo encontré por casualidad. Igual que la web.
Os felicito por todo.
Un cordial saludo!!
Carla Mila