Si alguien de vosotros o alguno de vuestros hijos ha tenido alguna vez un impétigo, ya sabréis de que hablamos, pero por los todos aquellos a quien os venga de nuevo, os diremos que el impétigo contagioso es una infección bacteriana de la piel, de hecho, una de las más infecciones cutáneas más frecuentes en los niños.
Qué gérmenes lo pueden provocar?
Básicamente el impétigo lo provocan dos bacterias, el Pyogenes (el actor principal de las amigdalitis, escarlatina y de algunas otras infecciones de la piel) y el Aureus (que puede hacer varias enfermedades infecciosas, pero sobre todo lo conocemos también por infecciones cutáneas y de los tejidos blandos del cercando de la piel).
Cómo “cogemos” un este virus?
Pues la historia empieza en alguna lesión de la piel, que puede ser pequeña (una picadura o incluso una lesión de dermatitis atopica por ejemplo que nos hayamos rascar). Alguno de las bacterias que hemos comentado se instala a esta herida y la infecta. Ahora podríamos decir que esta herida se ha “impetigonizado”.
Y lo qué puede pasar es que nosotros mismos nos hacemos correr la infección por el cuerpo… por nuestro cuerpo o por el de otro! Si nos rascamos la lesión infectada y después nos rascan alguna otra parte del cuerpo, ya tenemos la bacteria transportada a un segundo lugar, donde aparecerá una lesión, a menudo botella que se reventará y acabará haciendo una costra. Y así sucesivamente… Cuanto más veces nos rascamos, más vamos tirando correr la infección. El qué veremos será como todo de heridas con una costra de color marron ( porque tiene como color de miel) repartidas por diferentes zonas del cuerpo. A veces se puede tener fiebre, pero cómo que si no se complica solo ser una infección muy localizada en la piel, no solo haber.
También podemos contagiarse la infección entre diferentes personas si conviven estrechamente, ya sea por contacto directo de la piel como por contacto con objeto que hayan sido en contacto con la persona que tiene la infección (ropa, toallas…).
Y como lo tratamos?
Cómo que es una infección bacteriana, habrá que tratarla con antibiótico. Cuando hay pocas lesiones o están localizadas, habrá bastante con antibiótico tópico (pomada). Pero si hay muchas lesiones o están muy esparcidas, habrá que añadir también antibiótico oral.
Habrá que lavar bien las lesiones con agua tibia y jabón antiséptico. Y tener cura de no compartir toallas!
Os explicamos ahora esto porque, a pesar de que no es una patología propia del verano, sí que ahora, con las picaduras de insecto habituales, yendo más destapados, y con los baños que nos hacen estar húmedos muchas horas, vemos algo más a menudo.
Pero tengáis en cuenta que si mantenemos una buena higiene (lavado de manso con agua y jabón cuando toque, baño a menudo… y uñas muy cortas!) y vamos controlando que las lesiones cutáneas, que los niños suelen tener bastante, no cojan mal aspecto, bajaremos mucho la probabilidad de tener esta infección!